Sunday, July 31, 2011

Mi novio es demasiado “buenazo” (léase: pelotudo)

Bajo el título de “Mi novio es demasiado buenazo”, la lectora Patricia Quiero Xonga, escudada en el anonimato, escribe al notado consultorio psicológico del magazine virtual femenino “WAPA” (sí, tal cual: el magazine para verse WAPA). 

El problema que tengo –advierte Pato en su desconsolado mensaje- es con “mi chico” (el entrecomillado es nuestro), es muy cariñoso y atento, pero es demasiado buenazo. A todo lo que le digo me dice que tengo razón y que lo que yo quiera. Siempre hacemos las cosas que yo propongo, vamos con mis amigos y lo que yo digo siempre le parece bien. Me gustaría que diese su opinión libremente, y le animo a ello. Pero creo que por miedo a que me enfade o a que discutamos me dice a todo que sí. Al principio, no resultaba ningún problema, hasta me sentía alagada (sic) pero me estoy empezando a cansar. No sé cómo decírselo para no hacerle daño. ¿Qué puedo hacer?

A lo que, la licenciada Pampita Ardohain después de un choque frontal contra un camión de botox, responde: 

Te animo a que hables con él, intenta contarle lo que te pasa, tu opinión de la forma más cuidadosa posible. Piensa bien lo que quieres decirle y aprovecha que le conoces bien para ponerte en su lugar. Escoge un momento en que estéis tranquilos y tengáis tiempo. Y dale un enfoque positivo, que no sea un sermón o una regañina. (…) Explícale que necesitas que exprese sus opiniones y deseos ya que es importante para ti y que no te vas a enfadar por ello, sino todo lo contrario. Intentar poco a poco introducir cambios, que él vaya participando más activamente en la toma de decisiones de forma paulatina. (…) Verás como los dos os sentís mejor.

Contrario a la opinión de la licenciada Ardohain, la eminencia de la psicología de nuestro sitio, el Lic. Arístides Sorete, escribe lo siguiente: 

Estimada Patricia: 


Lo que os sucede es mucho menos complejo de lo que creéis. La respuesta es muy sencilla: vuestro novio –me apena decirlo- es el típico Calzonudo sin cojoneis. O más bien, digámoslo de una vez: un pelotudazo de exportación. Y tú, querida Patricia -también me apena decirlo- sois la típica zorra vivilla capaz de pelarle la billetera a esta clase de calzonudos; pero que en cuanto veis que el billete se acaba, empezáis a notar la falta de carácter y a recordar el valor de una buena poronga. La única razón por la que estáis juntos es la siguiente: él es demasiado pelotudo para conseguir una buena mujer, y tú probablemente posees carnes demasiado flácidas como para interesar al jugador de fútbol o rapero marginal que te correspondería. 


Sugerencia: busca otra  poronga (que sea importante), y deja a este pobre pelotudazo tranquilo. 

Atte.

Lic. Arístides Sorete

No comments:

Post a Comment